(In the valley of Elah - La conspiración) The awful truth

Difícil comenzar una crítica de una película tan cruda como esta. Difícil porque no me resulta lógico, ni sencillo decir que un film que te deja tan abajo, sea una buena película. Pero bueno, nadie dijo que la realidad fuera linda. Y eso es algo que le sobra a este film: realidad, la triste y cruda realidad.

Por otra parte, no soy una propulsora de la negación: si la realidad esta ahí afuera, aceptemoslo, por mucho que pongamos la mano, el sol está detrás. Con lo cual, he aquí mi apreciación final: salvo las madres (definitivamente a ellas no se las recomiendo), todo aquel que tenga ganas de despertar un rato, véala. Con tanto ataje previo, ya probablemente el lector este sobrepreparado y después diga, no era para tanto. Prefiero que así sea.

In the valley of Elah, relata la historia de un padre que sale a buscar a su hijo, quien tras su supuesta vuelta de Irak, está desaparecido. Lo rescatable de está película, a mi parecer, es la mirada, la crítica paulatina, que la misma tiene sobre el a veces para mi incomprensible, nacionalismo yanqui. Ese "god bless america", que aparentemente lo justifica todo. Ese famoso "El fin justifica los medios" del detestable Bush hijo. En definitiva, esa omnipotencia que aparentemente los habilita a enjuiciar a cualquier sociedad que no sea la propia.

Por obvios motivos, me encantan las películas que deshilachan, muestran la peor cara del gobierno yanqui. Y ojo, él de cualquiera. Siempre me fascinaron las películas que denuncian aquello oculto, aquello de lo que si no, no tendríamos ni noticia. Al fin y al cabo, toda la vida se ha tirado la mugre abajo de la alfombra, eso no es ninguna novedad norteamericana.

Le critico, eso si, la velocidad de la película. Es algo lenta a mi gusto, casi torturadora. Quizás fuera a propósito, realmente no lo sé. Lo que tengo claro, es que las actuaciones me resultaron convincentes, y creo que logran hacernos sentir en la piel de los personajes.

Una película para reflexionar... No solo sobre la guerra, ella para mi jamás tendrá sentido, ninguna; sino sobre aquellos valores que creemos inamovibles y que transmitimos sin duda alguna...a veces sin meditar las consecuencias. Creo sobre todo, una reflexión para aquellos que son o algún dia quieran ser padres: un llamado a la calma, a que siempre hay que dejar el lugar para la subjetividad del otro, que quizás el camino que uno ha recorrido o quiso recorrer, no sea el único. Los que nos siguen, pueden no tener tanta suerte, o, lo que seria mejor, pueden tener otra, distinta, pero no por eso criticable. No sé, me parece. lo dejo a su criterio.