El domingo por la noche, en un intento de lograr una salida conjunta, fuimos al cine con un grupo de amigas. No tenía expectativas sobre esta película, la "China Suárez" no se encuentra entre mis predilectas y el amigo Lamothe por lo general hace personajes que me pegan donde más me duele: hombres atractivos, sin códigos, egoístas, que por lo general parece que nos encantan (?). El punto es que dos horas más tarde estaba agarrotada en mi asiento, con la fuerte sensación que un camión me había pasado por encima y debíamos ir a tomar una cerveza. La película te patea por todas partes.
Abzurdah es la historia real de una adolescente que sufre de Anorexia nerviosa y por lo tanto (o a la inversa) de Trastorno Límite de la Personalidad. Si bien creo que para lo que la amiga Suárez ha mostrado hasta el momento, este papel sería tooda una revelación (ponele), la película no deja de dejarme un gusto amargo. Y no porque me haya hecho sufrir hasta la médula.
Al salir del cine, todas mujeres, la charla posterior fue muy lejana a lo que yo esperaba. Los comentarios, lejos de ser "que terrible sufrir así" o "que espanto, lo que pasa internamente en una patología de ese tipo", eran más bien "uh me re identifiqué con ella" "que flaco hijo de puta" o "muy bien ambientada en los noventa". Dudo mucho que esto tuviera que ver con el público. Creo que la falencia más grande de esta película es tratar un tema tan terrible, crudo y GENERALIZADO de un modo tan Cris Morena.
El desconcierto, la cusiosidad me llevó a investigar sobre el libro y la verdadera protagonista cuando llegué a casa. Y ahí encontré el porqué de esta sensación. Su autora, no da un mensaje muy claro sobre el tema. Y de ahí esta puerta entre abierta en la película.
No me queda muy en claro si está a favor o en contra. No explica como se recupera (si es que lo hace!). No deja muy en claro que al margen de que el flaco fuera o no un hijo de su madre, a las últimas lo que importa es que ella tenía un flor de quilombo de base. Un ambiente invalidante que no le dio bola cuando pidió terapia a tiempo.
Debo decir, que en si, el contexto y la parte parental me pareció brillante. Durísima. Pero brillante al fin. Probablemente por su igualmente terrible correlato en la realidad.
Para ofrecer un punto de inflexión, me gustaría hacer una aclaración sobre el tema. Dado que la película lo deja tan peligrosamente abierto. Y digo peligrosamente porque esta patología sobra en nuestra "perfeccionista" Argentina. Con sus modelos exuberantes con cinturas de 60 centímetros. Con sus photoshops exagerados. Con modelos publicitarios de belleza inalcanzables. Con sus talles diminutos.
Tanto la anorexia como la bulimia, son sintomatologías de otros trastornos. En lineas generales, del Trastorno de Personalidad límite o de la bipolaridad. Toman esta forma como podrían tomar otra. En ambas, la información circundante en Internet suele ser fuente de ideas. Lo cual hace que esta película también lo sea. Es un padecimiento terrible para la persona, se sufre una serie distorción de la imagen corporal, las relaciones son tormentosas e inestables, se suele tener impulsos muy autodestructivos y suelen tener conductas algo infantiles. El tratamiento ha de ser intensivo, requiere tanto de psicoterapia como de psiquiatra, terapia familiar y nutricionista. No se "cura" de la noche a la mañana. No siempre zafan de los "intentos" de suicidio. No es tan liviano como en el final de la peli.
Porque digo todo esto. Porque puede que lo tenga tu amiga. Porque puede que lo tenga tu hija. Porque puede que a vos te este pasando y creas que es "normal". Purgarse o dejar de comer no son conductas sanas. No es el tipo de atención que querés. Hay mucha gente dispuesta a ayudarte.
He visto sufrir a alguien que quiero mucho por este tipo de cosas. Me enerva cuando son tomadas a la ligera. No son pavadas de una piba loca que quiere estar más flaca. No. Es un padecimiento gravísimo, envalentonado por una sociedad con los valores completamente trastocados.
Ojalá la película sirva para instalar el tema. Ojalá empecemos a tomar conciencia. Si se tiene el coraje para filmar y mostrar en lugar de barrer abajo de la alfombra, tomemos conciencia que a medias tintas es casi tan terrible como no hablar de ello.
